Primeros Resultados
"Impacto del Covid-19 en las mujeres
de América Latina y el Caribe"
LOGRAMOS
QUEREMOS
Voces y testimonios de mujeres latinoamericanas que dan visibilidad a sus experiencias de dolor y discriminación, así como de fortaleza y resiliencia durante la pandemia.
Sensibilizar y generar acciones que favorezcan el desarrollo de las mujeres en la post pandemia, basados en las enseñanzas de la Iglesia Católica.
tanto por los estudios recogidos, como por las expertas de campo consultadas y las miles de encuestas realizadas, que el efecto holístico y principal de la pandemia en la situación de las mujeres en América Latina y el Caribe fue la profundización y agravamiento de inequidades sociales, económicas y culturales estructurales preexistentes, tales como:
Constatamos,
INCREMENTO DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO
DETERIORO DE LA AUTONOMÍA
ECONÓMICA
INCREMENTO DE LAS TAREAS DE CUIDADO A SU CARGO
DETRIMENTO DE LA SALUD FÍSICA Y MENTAL
INCREMENTO DE LA XENOFOBIA Y EL RACISMO
DIFICULTADES PARA LA EDUCACIÓN AGRAVADAS POR LAS DESIGUALDADES SOCIALES
AGRAVAMIENTO DE LA FEMINIZACIÓN DE LA POBREZA
LUCES Y SOMBRAS EN RELACIÓN MUJER-IGLESIA
AUMENTO DE LA TRATA DE PERSONAS Y LA DELINCUENCIA ORGANIZADA
AUMENTO DE LA TRATA DE PERSONAS Y LA DELINCUENCIA ORGANIZADA
Algunas Propuestas Aportadas
DETRIMENTO DE LA SALUD FÍSICA Y MENTAL
Creación de espacios para el acompañamiento, la escucha y la contención, donde las mujeres se sientan seguras para buscar ayuda.
Formación para el liderazgo femenino en todas las áreas, incluyendo la educación pastoral y teológica y la capacitación como agentes de pastoral para ocupar nuevos ministerios.
Representación de mujeres en espacios públicos, apostando a lo colaborativo y no a lo competitivo.
Reflexión sobre las teorías de género y priorización de la temática “impregnando” los esfuerzos y acciones pastorales, gubernamentales y sociales.
Intervención para humanizar las relaciones a través de círculos intergeneracionales de conversación.
Investigación y difusión sobre la violencia estructural y simbólica.
Prevención de la violencia trabajando, desde la niñez, por la igualdad de derechos entre varones y mujeres, con estrategias para revertir, entre otros, los problemas de acceso a la educación -incluida la digital- y los de superación de la pobreza.
Reforma de los sistemas de impartición de justicia para dar una respuesta completa y eficaz al grave problema de la violencia contra la mujer.
Generación de espacios de duelo para compartir lo experimentado y orar juntos, sumando la religiosidad popular como factor sanador.