Desde el Observatorio Mundial de las Mujeres (WWO) de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC) nos hemos propuesto “Escuchar para transformar vidas”. Hemos escuchado “el grito de 10.790 mujeres de 37 países de África” y hemos creado una potente red de mujeres de organizaciones católicas y congregaciones religiosas profundamente comprometidas con la lucha contra la violencia y la discriminación.
Mercè y Adela del WWO viajamos desde Roma a Kenia y Tanzania para, durante 20 días, continuar escuchando y tejiendo redes de amistad y compromiso.
Kenia
El viaje a Kenia comenzó en Nairobi. Allí nos recibieron en el aeropuerto las que serían nuestras compañeras de viaje: Mónica y Faith de la Catholic Women Association (CWA) y Sister Catherine y Sister Maureen religiosas colaboradoras del WWO.
El lema de las mujeres de la CWA “Strong in faith” resume todo lo que vivimos. El amor de las mujeres católicas acompañando a los más vulnerables en los suburbios de Kibera y de Kangemi, y el compromiso de las religiosas que están asociadas en la Association of Sisterhoods of Kenya (AOSK), empeñadas en “empoderar a las mujeres” para que a su vez puedan empoderar a otras. Escuchamos testimonios de mujeres que, a través de la formación y de la creación de pequeños negocios de fabricación de velas, sastrería, catering... han conseguido tener una vida digna para ellas y su familia. Compartimos una jornada de encuentro con las líderes católicas de las 26 diócesis de Kenia, ¡es enorme el trabajo “silencioso” que realizan al servicio de la Iglesia y de la sociedad!.
Conscientes de la importancia de tejer redes con la jerarquía de la Iglesia para escuchar su consejo y reforzar el trabajo conjunto, visitamos a S.E. Hubertus Matheus Maria van Megen, nuncio apostólico en Kenia, S.E. Philip Anyolo, Arzobispo de Nairobi y a los representantes de la Association of Member Episcopal Conferences in Eastern Africa (AMECEA), todos ellos nos animaron a seguir trabajando en red entre las mujeres laicas y religiosas y con los obispos diocesanos.
Tanzania
Desde Nairobi volamos a Dar es Salaam (Tanzania), allí nos recibieron las WAWATA, que es la organización que asocia a las mujeres católicas. Su lema “Por amor a Cristo, sirvamos y seamos responsables” refleja el compromiso y el trabajo que miles de mujeres católicas realizan en sus parroquias y en sus comunidades. Visitamos la carcel de Segerea donde 160 mujeres estaban recluidas, seis de ellas con sus bebés, y allí encontramos un signo de esperanza y superación gracias al compromiso de Sylvia, que con la colaboración de otras mujeres ha creado un taller de costura y una panadería. En el barrio de Manzese nos acogieron con entusiasmo un grupo de mujeres que participan en un programa de empoderamiento económico gestionado por Caritas y financiado por Manos Unidas (España). Un momento muy emocionante fue el encuentro con 30 chicas jóvenes víctimas de la trata en el centro de acogida de las Daughters of Mary Immaculate, ¡cuanto sufrimiento en sus vidas y cuanta esperanza y superación al encontrar un refugio seguro y la posibilidad de curar sus heridas emocionales y poder soñar con un futuro mejor!, ¡con cuanto amor las acompañan las hermanas como Sister Fátima, que dejó la India su país para ir a África al servicio de las más vulnerables! Muy amablemente nos recibió S.E. Jude Thaddaeus Ruwa'ichi, Arzobispo de Dar es Salaam y padre sinodal, que nos animó a seguir poniendo al servicio de la Iglesia y de la sociedad “los dones especiales que Dios ha dado a las mujeres”.
De regreso a Roma recordamos agradecidas los abrazos, las sonrisas, las canciones y los bailes con las que nos acogieron tantas personas de buena voluntad que aman al Señor Jesús y son testigos de su Buena Noticia y de su Amor. En Kenia y Tanzania hemos sido testigos de que “Tres cosas hay que permanecen: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más grande de las tres es el amor” (I Corintios, 13).
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